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Los Samurai


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Dentro de la línea feudal, en la que estaba constituida en la antigüedad la sociedad japonesa, los samuráis jugaron un papel importante. Al principio, fueron soldados imperiales encargados de la defensa del emperador, o guardias personales, de donde nació la palabra saburai (sabuna= estar al lado), y que más tarde derivó a samurai “servidor”. Este término se aplicó a todos los militares de cierto rango, que pertenecían a las clases guerreras. Sus armas principales, en los primeros tiempos, fueron el arco y la flecha.

La jerarquía militar estaba encabezada por el emperador, seguido del Shogun, los nobles (propietarios de tierras, y que recibían el nombre de daimyos), y finalmente los samuráis, que a su vez se dividían en distintas categorías. Por debajo de los samuráis, se encontraban los campesinos, encargados de trabajar las tierras de los nobles.

Estas clases guerreras (bushi), tuvieron su nacimiento en el Norte de Japón, donde los daimyos luchaban por evitar el ataque y la invasión de sus tierras por los ainus (los aborígenes japoneses). Los nobles aumentaban su poder, gracias a las tierras que iban ganando en las batallas, lo que les permitió con el tiempo organizarse en clanes. Los samuráis eran los protectores de estos nobles, y del Shogun. A éste último le debían lealtad y honor, al igual que a su señor (al noble que protegían).

EL CULTO POR LA ESPADA

Si habéis leído la evolución histórica de Japón, habréis notado que a medida que estos clanes se organizaban, se creaban tensiones y guerras entre ellos, los más poderosos eran los Minamoto y los Taira, y con el paso del tiempo debían encontrar armas más poderosas para su defensa. Poco a poco, el uso del arco y flecha, se fue dejando de lado, dándole paso a la espada, y comenzando así un culto por ella o lo que se conoce como la Edad de la Espada.

Los samuráis eran los únicos que podían llevar armas, y llevaban ceñidas a su cintura dos espadas, una más larga llamada katana, y una más corta llamada wakisashi. El alma del samurai, era su espada, a la cual le rendían respeto, y era una de sus posesiones más valiosas. Un samurai nunca se desprendía de sus espadas. Al nacer un hombre, que se sabía estaba destinado a ser samurai, se le colocaba una espada en su cama, e igualmente al morir, incluso dormían con ellas. Si tenían que separarse de ellas, lo hacían de la katana, reservando con ellos la wakisashi. Si entraban en un recinto, perteneciente a otro samurai, podían dejar la katana en un armero especial, o era depositada sobre un lienzo de seda y trasportada por un criado. Ambas espadas, eran usadas en el combate con el enemigo, y la wakisashi era usada incluso en la muerte ritual (seppuku o harakiri(*)).

Igualmente el que forjaba una espada, ejercía un ritual antes de crear una espada, ayunaba, escribía plegarias, y se vestía de kimonos blanco, ya que se decía que parte de su espíritu quedaba atrapado en cada una de las espadas que fabricaba, y su trabajo era sagrado. Su trabajo era considerado un arte, y los samuráis buscaban espadas de forjadores de renombre. Los más famosos que realizaron espadas inconfundibles fueron Masamune (1264-1343), y Muramasa. Las espadas de Muramasa, se hicieron famosas porque enceraban el mito de que con ellas su portador se volvía loco. Se transformaba en un ser sediento de muerte, y varios incidentes que le ocurrieron al shogun Ieyasu, hicieron que éste prohibiera el uso de espadas de este forjador. Las espadas eran de hierro y acero, y eran templadas en aceite y agua. Su hoja era dura y afilada, y el mango estaba cargado de adornos.

CÓMO VIVÍAN LOS SAMURÁIS

Los samuráis tenían casas de madera, cuyos techos estaban cubiertos de paja. El tamaño variaba en función de su rango como samurai, y de la riqueza con la que contara. Las paredes interiores, consistían en paneles móviles, lo que permitía cambiar los espacios fácilmente de tamaño. Las paredes exteriores, generalmente eran de bambú y recubiertas de yeso. El suelo era de madera, con un colchón de aire bajo de él, y cubiertos de tatami.

La decoración de sus casas era muy sencilla. Usaban biombos, mesas bajas en la que los cojines eran usados como asientos. La habitación principal, que se usaba para meditar, recibir los invitados y realizar la ceremonia del té, era decorada con algún elemento que simple, elegante, y que sobresaltará por su especial belleza, un pergamino, un ikebana (decoración floral), una cerámica, o una pintura.

Las casas de los samuráis más acaudalados, o de mayor rango militar, estaban rodeadas de un muro, contaban además de un patio, casas anexas para sus guerreros, y de establos para los caballos. Esto era debido, a que por su rango dentro de la jerarquía de samuráis, era más común que fueran los primeros en ser atacados. El patio gozaba de un hermoso jardín, el cual era de distintos aspectos, dependiendo del gusto de su propietario. Algunos se realizaban a base de plantas, flores, árboles, fuentes y estanques, y otros eran más sencillos compuestos de arena gruesa y de rocas. En la casa de los samuráis de menos rango, era común ver también jardines pero de tamaño más pequeño.

Un samurai debía estar siempre preparado para el combate, por lo que su estómago no podía estar muy pesado. Su alimentación se basaba en arroz, pescado y algas, y cuando combatían sólo comían dos veces al día. Solían tener días de ayuno, para la practica de los katas (movimientos de combate), o cuando necesitaban meditar. Y es conocido, que la bebida predilecta de los samuráis, a parte del té, era el sake.

En relación a los movimientos de combate, éstos estaban designados a mejorar y perfeccionar la destreza en el combate del guerrero. Constantemente, practicaban una serie de movimientos, centrados en el ataque, defensa, y contraataque. Cada grupo de movimientos, llevan un nombre descriptivo: “corte en cuatro”, “golpe del trueno”, “golpe de dragón”, etc. Las katas son utilizadas aún en día, en todas las artes marciales. Estos movimientos, permitían la unión del espíritu con el cuerpo y la mente, así como la unión del tiempo y el espacio, desarrollar su agilidad, destreza, reacción, flexibilidad, reflejos, concentración, y respiración.

LA UNIÓN CON LO DIVINO: RELIGIÓN Y BUSHIDO

La religión jugaba un papel importante dentro de la vida del samurai. El tema de la religión en Japón, es muy complejo, y me gustaría tratarlo con más profundidad en una siguiente entrada, pero sólo adelantar que las religiones predominantes son el Shintoismo, y el Budismo, quedando trazas del Confucionismo y el Cristianismo.
En la antigüedad, los samuráis profesaban el Shintoismo (el camino de los dioses), el cual es la adoración a los espíritus (Kami) que habitan en todos los elementos: agua, aire, tierra, y fuego, y en todos los lugares: ríos, bosques, montañas, etc. Éste es utilizado para adorar a los dioses, y a los ancestros. Actualmente, muchos de los ritos y costumbres están marcados por el Shintoismo. El Budismo entraría más tarde a través de China, (auque remite sus orígenes al Budismo Hindú) y con ella toda la nueva corriente del Budismo Zen, el cual a través de la meditación perseguía el equilibrio espiritual, y la unión entre el cuerpo y el espíritu, que en el caso de los samuráis, les permitiera aceptar la vida y la muerte como transformación espiritual. El Budismo Zen requería de una gran disciplina, y marcó y marca la cultura japonesa, en las artes marciales, en el ikebana, en la ceremonia del té, en la poesía, y hasta en la caligrafía.
En contraste a esta parte pacífica y espiritual del samurai, se encontraba el Bushido. Bushido vocablo japonés que significa el camino del guerrero o conducta del guerrero (bushi=guerrero, do= conducta), que era un código de honor y valores para el samurai. Se estableció en Japón a partir del siglo XII, y el mismo contiene las creencias Shintoistas, los dogmas del Budismo Zen, y los preceptos del Confucionismo. Este código se mantiene hoy en día las artes marciales (Ju-do, Aiki-do, Ken-do). Dicho código se basa en siete principios: Gi, Yu, Jin, Rei, Meyo, Makoto, y Chugo.

* Honradez y justicia (Gi): “Sed honrado en tus tratos con todo el mundo, cree en la justicia, pero no la que emana de los demás sino la tuya propia”.
* El valor (Yu): “Alzate sobre las masas de gente que temen actuar, ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir”.
* Compasión (Jin): El poder que desarrolla un samurai, debe ser usado en bien de los demás, y en ayudar a sus compañeros.

* Cortesía (Rei): “Los samuráis no tienen motivos para ser crueles, y no necesitan demostrar su fuerza, un samurai debe ser cortés incluso con sus enemigos”.

* Honor: (Meyo): “El samurai sólo cuenta con un solo juez para su honor, y es el mismo, las decisiones que tomas y cómo las llevas a cabo son un reflejo de quien eres en realidad”.

* Sinceridad (Makoto): La palabra del samurai es movimiento, cuando dice que hará algo, es como si ya lo hubiese ejecutado, y nada lo detendrá en llevar a cabo lo que ha dicho. No "da su palabra." ni "promete." Hablar y Hacer son la misma acción.

* Lealtad (Chugo): Un samurai es responsable de sus palabras y actos, así como de las consecuencias que deriven de sus acciones o palabras.

Al principio, realmente se basaba en el código chino que se fundamentaba en las virtudes del guerrero, y que recibía el nombre de Kyuba no Michi (La vía del caballo y del arco), dando paso más tarde al Bushido. El samurai pasaba toda su vida preparándose para la guerra y el combate, por lo que no tenía miedo a la muerte, o al menos era uno de los fines que buscaba el Bushido.

LA VIA HACIA EL SAMURAI

El ser samurai se heredaba de padre a hijo, así que desde pequeños, los niños destinados a ser samuráis, eran entrenados en el manejo de la espada, el cual se realizaba con espadas de madera, el uso del arco y flecha, y la practica de artes marciales. A los cinco años, se les rapaba el pelo, y éste se dejaba crecer hasta la ceremonia oficial que le otorgaba el título de samurai. A los siete años se les permitía usar por primera vez el hakama (pantalones).

Llegada la edad de la madurez, que en la antigüedad era cuando cumplían 15 años, los niños-adultos bajo la ceremonia del gembuku, podían ejercer de samuráis oficialmente. Recibían su primera armadura, una espada, un nombre adulto, y el pelo era cortado en forma adulta, pero manteniendo la cabellera larga. El corte de pelo de los samuráis más maduros variaba, se rapaban en los laterales de la parte alta de la cabeza, y la larga cabellera era sujetada con una cola doblada hacia arriba y adelante. El cortarle la coleta a un samurai, era considerado una desgracia.

VESTIMENTA DEL SAMURAI
Parte de su vestuario, a parte del hakama, también estaba compuesto por el kimono de largas mangas, atado a la cintura por un Obi gime (cinturón), del cual colgaba las dos espadas reglamentarias (la katana y el wakizashi), y en ocasiones especiales usaban el katanigu (chaqueta de hombros prominentes), llevaban tabis y sandalias de paja o geta (suecos de madera).

Parte de la indumentaria característica del samurai, se encontraba en su armadura. Ésta (a diferencia de las armaduras occidentales) era liviana, a pesar de estar formada por placas de hierro lacado en forma de escamas, que iban sujetas a telas de seda o de cuero, lo que facilitaba el trabajo en el transporte de la misma.
La armadura estaba destinada a la protección del samurai, pero no por ello debía de restarle agilidad en el movimiento o fuerza en el ataque. Su investidura debía permitirle incluso nadar con ella, y escalar altos muros o colinas, sin que fuese un lastre para el samurai.

El colocarse una armadura, al igual que para una geisha ponerse un kimono, era un trabajo que se tomaba su tiempo. Primero se colocaban la ropa interior, y un kimono muy delgado de seda, posteriormente unos leotardos de algodón, calcetines de cuero, unos pantalones cortos de tela estampada, usaban protectores en la antepierna con armaduras, y calzaban botas de piel. Seguidamente se colocaban las mangas de la armadura, que llevaban un protector en la parte de la axila, y luego colocaban el peto, el cual llevaba incorporado un faldón, luego se colocaba un obi donde llevaría sus espadas colgadas a la cintura, y finalmente se colocaba las grandes hombreras donde se introducía el asta con el estandarte del clan, llamado sashimono.

El cuello del samurai, quedaba protegido por un collar de hierro, el cual evitaba que fuese decapitado por sus enemigos. Su cabeza la revestía de un pasa-montañas, para colocar el casco-el cual se ajustaba junto con un largo protector para el cuello- y la máscara de hierro, la cual representaba un demonio, bárbaro o fantasma. El casco estaba rematado con un ornamento, que generalmente consistía en unos cuernos en forma de media luna, pero este ornamento sólo era llevado por los samuráis de alto rango.
Alguna vestimenta adicional, podía ser un chaleco de piel que usaban por encima de la armadura, o una larga capa.
Los samuráis iban provistos de todas sus herramientas para el combate, arco, flechas, espadas, cuerdas, y un saco para llevar las cabezas decapitadas de sus enemigos.

ARMAS DE COMBATE

Las armas por predilección del samurai eran las espadas, la katana y el wakizashi, sin embargo el samurai contaba con otras espadas y cuchillos que utilizaba en el combate. El nodachi, la cual es una espada mucho más larga que la katana, y que solían llevarla en la espalda, y los aikuchi que son cuchillos de distintos tamaños.












Adicionales a estos, el arco y las flechas también tenían un sitial importante dentro del armamento. Los arcos eran confeccionados de bambú, y las flechas eran de junco y con puntas de acero las cuales se perforaban en su cabeza, lo que permitía que silbaran al atravesar el aire. Sí, eso que hemos visto en películas de samurai, que las flechas silban al ser lanzadas, no es un mito, eran reales.
Las lanzas también fueron usadas, y eran lanzadas contra el enemigo, o usadas para que penetraran en los muros, y así poder escalarlos. Existían dos tipos, dependiendo de la forma de su hoja, la naginata es curva, y la yari es recta. Otras armas, menos conocidas y quizás poco usadas fueron el bo ojo (bastones de madera), las dagas (jitte), y los abanicos de guerra (tessen) confeccionados en hierro.

En años posteriores, entre el siglo XVI y XVII, los samuráis tuvieron acceso a las armas de fuego, que entraron a Japón producto de su apertura a Occidente a través del comercio con Europa, específicamente con Portugal. La entrada del arcabuz, marcó un momento importante debido a que en ese momento Japón llevaba un siglo en plena guerra, y el descubrimiento de un arma nueva les daría una ventaja sobre el enemigo Un arma poderosa, de la cual también han corrido ríos de tinta, y descubierta por los samuráis, fueron los ninjas, famosos por el ninjitsu (arte marcial que se basa en el sigilo), vestidos de negro para confundirse o volverse invisibles en la oscuridad, y con armas aún más poderosas que el samurai, pero éstos merecen un capítulo aparte.


SEPPUKU

El seppuku, más conocido en Occidente como Harakiri (*) (hara= vientre, kiri=cortar), era un suicidio ritual
llevado a cabo por los samuráis, y que se regía por el código del guerrero (Bushido). Existían distintos tipos de seppuku o recibían distintos tipos de nombres, dependiendo del motivo que originase a la acción de éste.

Así pues, si el suicidio era expiatorio, para limpiar su honor por un error grave o acto injusto, recibía el nombre de Sokotsushi.
Por acto de deshonra o incumplimiento de las órdenes asignadas, el samurai era sometido a un tribunal militar, donde el Shogun daba la sentencia final, la cual generalmente era la muerte. Este suicidio forzado recibía el nombre de Tsumebara.

Otros tipos de Seppuku eran los siguientes:

* Kanshi: El realizado como protesta, por una injusticia cometida por un cargo superior, dentro de la jerarquía militar.

* Munenbara o Funshi: Un samurai no podía albergar sentimientos “oscuros” que lo atormentaran constantemente, como por ejemplo el odio y el resentimiento. Este suicidio se originaba por la mortificación del samurai ante éstos, y era una forma de purificar su espíritu.

* Junshi u Oibara: Al morir el seño del samurai, éste quedaba sin dueño y a quien proteger, por lo que la función del samurai quedaba sin sentido. Esta perdida, a parte de dolorosa, se presentaba a veces como una obligación moral para el samurai, es decir acompañar a su señor incluso hasta en la muerte.

* Chugibara o chugihara: Era el suicidio destinado a probar la lealtad del samurai por su señor.

Dentro de la cultura japonesa, todo sigue un ritual o ceremonia, y el seppuku no era menos. El samurai que decidía poner fin a su vida, por alguno de los motivos ante expuestos, se preparaba espiritualmente para ello.

El seppuku por voluntad, ocurría en el salón de la casa del samurai. Se bañaba para purificar y limpiar su cuerpo, ayunaba, y se vestía con un kimono blanco (símbolo de pureza). Seguidamente, se sentaba en posición seiza (sentado encima se sus talones), realizaba sus plegarias y debía escribir un poema de despedida (zeppitsu
o yuigon), y que podía ser sobre pergaminos o sobre el tessen. Se descubría del kimono hasta la cintura. El wakisashi, se presentaba sobre un cojín con un pañuelo blanco de seda, que el samurai tomaba con sus manos, (mancharse las manos de sangre representaba una deshonra) y realizaba el corte de izquierda a derecha, y luego hacia arriba.

El seppuku forzado, es decir por mandato del Shogun como pena de muerte,
no variaba en cuanto al ritual en sí, pero el mismo se debía cumplir dentro de un plazo de días determinado. La mayoría de estos seppukus se denominaban Kaizoebara, ya que estaban asistidos con la presencia de un Kaishakunin. La función de éste era la de decapitar a la victima, si era incapaz de llevar el seppuku por él mismo. De todos modos, aunque la victima cumpliera con el seppuku igualmente era decapitada, y la cabeza junto con la espada ensangrentada eran llevadas a la presencia del Shogun, como constancia de que se había cumplido su decreto.

Las esposas de los samuráis, les seguían en su muerte, pero la práctica recibía otro nombre distinto al del seppuku. El ritual era llamado jigai, que en vez de cortarse el vientre, consistía en cortarse el cuello seccionando la carótida con un Kaiken, una especie de pequeña daga de doble filo.

El porqué un samurai cortaba su vientre, y no fuera otra parte del cuerpo, era porque en la antigüedad se creía que el alma (kami) se albergaba en esa zona, y que corresponde al segundo chakra denominado esplénico, de donde parte toda la energía.

Con la entrada de la Era Meiji, y la reestructuración de la sociedad en todos los ámbitos, esta práctica del seppuku quedó abolida.

Los samuráis a pesar de ser guerreros, apreciaban los momentos de tranquilidad, diversión, y del disfrute de las artes. Los de mayor rango, leía libros extranjeros de estrategias, cultivaban la poesía, la caligrafía (Shôdo), arreglo florales (ikebana), o la practica de algún instrumento. Todas ellas requerían de paz interior y exterior, y de una alta concentración para encontrar la armonía. Eran amantes de la ceremonia té, y del hanami (contemplación de los cerezos en flor), así como del teatro: Noh, y Bunraku, y de la compañía de las geishas y maikos. Todas sus actividades estaban cargadas de simplicidad y de mucha elegancia. Gracias al cultivo de estas artes por parte de los samuráis, las mismas han sido heredadas de generación en generación, y ha sido el mejor legado que han dejado los samuráis en nuestro tiempo.

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