El Bon u O-bon (en japonés, a algunos sustantivos se les antecede la vocal “O” para darle un tratamiento de respeto y formalidad) es una de las tradiciones más importante para los japoneses. El Obon era celebrado en la antigüedad bajo la religión Budista, proveniente de la India, para rezar por el reposo de las almas de los ancestros, y larga vida a los vivos el día 15 del séptimo mes del calendario lunar. La palabra Obon proviene de Urabon-e, derivada de la palabra Hindú “Ullabana”.
De acuerdo al Bussetsu Urabon Sutra, el origen de esta tradición se remonta a la ceremonia celebrada por el Buda Shakyamuni en honor a la difunta madre de Maudgalyayana, discípulo de éste, que durante una sesión de meditación se percató del sufrimiento de su madre recién fallecida. A través de su compasión y del consejo de Buda pudo ayudar al espíritu de su madre a descansar en paz. Lo que quiere decir, que los muertos también sufren por dejar a sus familias, y que los vivos debemos aliviarles, recordándolos y rezándoles para su bienestar.
Los japoneses creen que los espíritus de sus ancestros regresan a sus casas para reunirse con sus familias durante esta conmemoración. El Obon es un periodo importante para las familias japonesas, porque permite reunirse y reencontrarse. No es una fiesta nacional, pero muchos japoneses se toman esa semana de vacaciones para reunirse con sus familias.
En la actualidad, el Obon se celebra alrededor del 15 de Agosto del calendario solar, aunque la fecha de celebración varía en algunas regiones de Japón. Suele comenzar el 13 de agosto y finalizar el 16. En Okinawa aún se celebra el día 15 del calendario lunar.
Los japoneses creen que los espíritus de sus ancestros regresan a sus casas para reunirse con sus familias durante esta conmemoración. El Obon es un periodo importante para las familias japonesas, porque permite reunirse y reencontrarse. No es una fiesta nacional, pero muchos japoneses se toman esa semana de vacaciones para reunirse con sus familias.
En la actualidad, el Obon se celebra alrededor del 15 de Agosto del calendario solar, aunque la fecha de celebración varía en algunas regiones de Japón. Suele comenzar el 13 de agosto y finalizar el 16. En Okinawa aún se celebra el día 15 del calendario lunar.
Durante esos días la gente limpia sus casas, así como las tumbas de sus ancestros, colocan flores y derraman agua sobre ellas en una pequeña ceremonia denominada “Haka Mairi” y preparan el altar (Butsudan) para agasajar a los espíritus de sus familias. Muchas familias cuentan con un pequeño altar en sus casas, sino lo tienen se prepara para esa fecha especial el día 13. Se coloca la imagen de Buda, el emblema o escudo de la familia, y ofrendas varias (hojas de árboles secas o colgadas, plantas, velas, kamidana, manzanas u otras frutas, bambú, incienso, miso, una campana, etc.). Si en la familia ha fallecido uno de los miembros el año anterior, se suele preparar con antelación (la primera semana de agosto) y la misma cuenta con más elementos significativos y emblemáticos de la familia.
Después que la familia ha visitado el cementerio, para saludar a sus antepasados, coloca ofrendas de comida en el altar, como por ejemplo bolas de arroz, arroz crudo, flores de loto, berenjenas, calabacín. En algunos altares aparecen los calabacines y berenjenas con palillos semejando las patas de un caballo. Según la creencia, se dice que los antepasados llegaban montados en vacas.
El 13 de agosto se encienden las linternas de papel en casa y se realiza el mukaebon, que consiste en que las familias acudan a las tumbas de sus ancestros para rezarles y pedirles que vuelvan a casa y colocan esas linternas de papel (chouchin) desde el cementerio hasta sus casas. Según la tradición, la luz es el elemento que utilizan para guiar el camino de los espíritus para su seguro regreso a casa. En otras regiones de Japón las linternas son sustituidas por una antorcha de fuego (de pino) o pequeñas hogueras (de hojas de cáñamo). Estas antorchas, hogueras y encendido de las linternas se denominan mukaebi (fuego de bienvenida o saludo). En algunos cementerios de Japón se encienden velas dentro de las lámparas de piedra que hay alrededor, y se colocan papeles caligrafiados en cada lámpara (para evitar que se apague la vela) dando la bienvenida a los ancestros.
El 16 de agosto las familias de algunas regiones de Japón encienden de nuevo las antorchas y linternas en lo que se llama okuribi (fuego de despedida) para desearle un feliz retorno al mundo de los muertos, y agradecer su visita. Las linternas o lámparas de papel (chouchin) son pintadas con el escudo de la familia, y son transportadas el 16 de agosto hasta la tumba del difunto para indicarle el camino de regreso y que sepa reconocerlo por el emblema de la familia, a esta acción la llaman okuribon.
Durante esa semana, se suceden otras actividades conmemorativas:
El Bon Odori
Es un baile tradicional japonés, es el que se acostumbra a realizar en esas fechas y durante la noche, ya que es en la noche que las almas regresan. El tipo de danza varía según la región. Las mujeres van vestidas con el kimono de verano (yukata), y bailan sobre una tarima, donde se toca la música con los tambores taikos y música tradicional. La música es alegre para dar la bienvenida a los ancestros, cualquiera puede participar en la danza, sólo hace falta una sonrisa y mirar como lo hacen para seguirles el paso.
Toro Nagashi
Se celebra durante la noche del 15 de agosto. Consiste en enviar de vuelta al espíritu al mundo de los muertos, a través de linternas, con una luz o vela dentro, que flotan sobre el río abajo hasta desembocar en el mar. Una vez más, esta costumbre varía según la región de Japón, en Hiroshima por ejemplo es costumbre hacer un barco de madera y enviarlo al mar en el puerto.
Go-zan no Okuri-bi
Traducción literaria: Cinco montañas en el fuego de despedida. Cuando cae la tarde del día 16, cinco montañas de los alrededores de Kioto se iluminan a través de hogueras, ofrecidas como despedida a las almas de los ancestros. Realizan formas con kanjis (caracteres chinos), en especial del kanji “Ookii” o “Dai” (grande), “myo” milagro y “ho” doctrina, así como la figura de un barco que nos da la idea de despedida e ida. Se le conoce también como el Daimonji.
El olor en las calles, templos, cementerios y casas se llenan de los aromáticos inciensos “senko” que se usan para esta ocasión.
Después que la familia ha visitado el cementerio, para saludar a sus antepasados, coloca ofrendas de comida en el altar, como por ejemplo bolas de arroz, arroz crudo, flores de loto, berenjenas, calabacín. En algunos altares aparecen los calabacines y berenjenas con palillos semejando las patas de un caballo. Según la creencia, se dice que los antepasados llegaban montados en vacas.
El 13 de agosto se encienden las linternas de papel en casa y se realiza el mukaebon, que consiste en que las familias acudan a las tumbas de sus ancestros para rezarles y pedirles que vuelvan a casa y colocan esas linternas de papel (chouchin) desde el cementerio hasta sus casas. Según la tradición, la luz es el elemento que utilizan para guiar el camino de los espíritus para su seguro regreso a casa. En otras regiones de Japón las linternas son sustituidas por una antorcha de fuego (de pino) o pequeñas hogueras (de hojas de cáñamo). Estas antorchas, hogueras y encendido de las linternas se denominan mukaebi (fuego de bienvenida o saludo). En algunos cementerios de Japón se encienden velas dentro de las lámparas de piedra que hay alrededor, y se colocan papeles caligrafiados en cada lámpara (para evitar que se apague la vela) dando la bienvenida a los ancestros.
El 16 de agosto las familias de algunas regiones de Japón encienden de nuevo las antorchas y linternas en lo que se llama okuribi (fuego de despedida) para desearle un feliz retorno al mundo de los muertos, y agradecer su visita. Las linternas o lámparas de papel (chouchin) son pintadas con el escudo de la familia, y son transportadas el 16 de agosto hasta la tumba del difunto para indicarle el camino de regreso y que sepa reconocerlo por el emblema de la familia, a esta acción la llaman okuribon.
Durante esa semana, se suceden otras actividades conmemorativas:
El Bon Odori
Es un baile tradicional japonés, es el que se acostumbra a realizar en esas fechas y durante la noche, ya que es en la noche que las almas regresan. El tipo de danza varía según la región. Las mujeres van vestidas con el kimono de verano (yukata), y bailan sobre una tarima, donde se toca la música con los tambores taikos y música tradicional. La música es alegre para dar la bienvenida a los ancestros, cualquiera puede participar en la danza, sólo hace falta una sonrisa y mirar como lo hacen para seguirles el paso.
Toro Nagashi
Se celebra durante la noche del 15 de agosto. Consiste en enviar de vuelta al espíritu al mundo de los muertos, a través de linternas, con una luz o vela dentro, que flotan sobre el río abajo hasta desembocar en el mar. Una vez más, esta costumbre varía según la región de Japón, en Hiroshima por ejemplo es costumbre hacer un barco de madera y enviarlo al mar en el puerto.
Go-zan no Okuri-bi
Traducción literaria: Cinco montañas en el fuego de despedida. Cuando cae la tarde del día 16, cinco montañas de los alrededores de Kioto se iluminan a través de hogueras, ofrecidas como despedida a las almas de los ancestros. Realizan formas con kanjis (caracteres chinos), en especial del kanji “Ookii” o “Dai” (grande), “myo” milagro y “ho” doctrina, así como la figura de un barco que nos da la idea de despedida e ida. Se le conoce también como el Daimonji.
El olor en las calles, templos, cementerios y casas se llenan de los aromáticos inciensos “senko” que se usan para esta ocasión.
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Muchas gracias por la información, ya que la voy a utilizar un altar japonés y la imagen que aquí vi me encantó.
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